La babesiosis, conocida también como piroplasmosis canina, es causada por organismos microscópicos conocidos como protozoos, pertenecientes al género Babesia spp., los cuales pueden vivir dentro de los glóbulos rojos.
Existen diferentes especies de este protozoo (grandes y pequeñas), las cuales, a su vez, se dividen en subespecies. En función de la especie que infecte y las condiciones de nuestra mascota, se podrán observar diferentes signos.
La babesiosis en los perros es transmitida por las garrapatas y, por tanto, su distribución geográfica depende de la distribución de estos parásitos, los cuales ayudan a que una infección circule de un lugar a otro, a lo que se conoce como “servir de vector”. La transmisión de la Babesia spp.,también es posible mediante objetos que han estado en contacto con la sangre de animales infectados, como las agujas, o por transfusiones de sangre. La garrapata de la especie Rhipicephalus sanguineus es la que más comúnmente sirve de vector para la transmisión de Babesia vogeli en regiones cálidas de todo el mundo, desde América Latina hasta el sur de Europa. Se trata de la subespecie de Babesia más extendida en América Latina*.
Signos clínicos en perros
El periodo de incubación varía dependiendo del patógeno, generalmente de 1 a 3 semanas, pero ocasionalmente puede ser mucho más corto. Los cachorros son más susceptibles a la babesiosis y tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves y muerte.
La mascota afectada por Babesia spp. comienza con:
- Fiebre.
- Disminución de la ingesta de alimentos y, por lo tanto, pérdida de peso.
- Anemia hemolítica: es el signo principal de esta enfermedad. Se produce debido a la destrucción de glóbulos rojos cuando la Babesia spp. accede a su interior para reproducirse. Luego rompe estas células para liberar los nuevos parásitos al torrente sanguíneo, los cuales invadirán más glóbulos rojos. Además, los mecanismos de inmunidad también colaboran en este proceso de ruptura de los glóbulos rojos (a lo que se le llama: hemólisis).
- Disminución en el número de plaquetas (trombocitopenia).
- Coloración amarilla de las mucosas (ictericia).
- Coloración marronácea de la orina (debido a la ruptura de los glóbulos rojos que provoca Babesia spp.).
Los signos de la babesiosis en perros pueden complicarse si se produce una coinfección con otros patógenos transmitidos por garrapatas. Más comúnmente, ocurre la coinfección con Ehrlichia canis, ya que ambos patógenos comparten a Rhipicephalus sanguineus como agente transmisor de la enfermedad.
Tratamiento de la babesiosis canina
El tratamiento para la babesiosis canina depende principalmente de la especie de Babesia que esté causando la enfermedad clínica. Por lo general, esta enfermedad se trata con antiprotozoarios.
Además, la terapia de soporte en forma de fluidos intravenosos y transfusiones de sangre debe emplearse cuando sea necesario.
Actualmente no se dispone de un tratamiento que sea 100 % seguro y eficaz. Por ello, un perro en el que se ha confirmado la infección se considera potencialmente infectado de por vida, a pesar del tratamiento y de que se controlen los signos clínicos.
Los animales que están infectados de forma subclínica, es decir, que no presentan signos, pueden tener una recaída de la enfermedad en casos de estrés. También puede ocurrir al someterlos a terapias que depriman el sistema inmune (o de defensas) o frente a la presencia de una enfermedad concurrente.
Prevención de la babesiosis canina
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*Enfermedad no presente en Chile
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